Desde entonces llevo controles anuales en el Hospital Vall d’Hebron junto con ginecología.
He tenido una infancia llena, casi con normalidad, pero siempre con prudencia de no hacer sobre esfuerzos. Con el paso del tiempo y al ser adulta, he ido teniendo más problemas socialmente y personalmente. Llevar una vida independizada, trabajar, estudiar… Todo ello un conjunto de cosas que no te permiten siempre descansar todo lo que el corazón te pide. También he tenido «piedras en el camino» para encajar en el mundo social por no poder seguir el ritmo de los otros. Todo lo he ido pasando con fuerza y apoyo de mis seres queridos, junto con mis médicos.
Hace tres años fui madre, de una niña preciosa y sin ninguna patología. A raíz de esto y de las exigencias laborales y sociales, mi patología ha empeorado, todo me cuesta más y físicamente acabo muy cansada. Estoy pendiente de pruebas para ver mi situación de salud y buscar la mejor intervención.
Doy gracias a toda la gente que se interesa por las cardiopatías y le dan la importancia que se merece, puesto que al ser una enfermedad «que no se ve» la gente no la comprende.
Judit
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