Editorial

«Hay que incorporar gente nueva en CorAvant»

El pasado octubre decidí suscribirme al twitter Coravant . Detrás del twitter , hay en Carlos Engel , miembro del Patronato de la Fundación. Hemos estado hablando del twitter y de CorAvant , entre otros temas

Es lunes, y los lunes Carlos hace fiesta. La farmacia de Canyelles, un pueblo de unos cinco mil habitantes a unos diez kilómetros de Vilafranca del Penedès , abre todos los días. Ya hace tiempo que decidió que él trabajaría los festivos y los fines de semana. «Pensé que era la manera más eficiente de organizar los turnos de trabajo», me comenta mientras hacemos el camino que va de la estación del tren en la casa de los Engel.

La tarde es agradable. Nos sentamos en un patio, a la sombra . Le he venido a ver porque Carlos ha sido miembro del Patronato de la Fundación CorAvant desde que se creó en 2008. Su relación con AACIC viene de lejos.

Él y Montserrat, su esposa, son una de las familias fundadoras de AACIC . Tiene el recuerdo muy claro, todavía. Tuvieron un hijo. Era el primero. Y nació con una cardiopatía congénita muy severa. «La solución que nos proponían los cardiólogos entonces era la de irle haciendo intervenciones de tipo paliativo».

No es la primera vez que un padre o una madre explica por el Boletín como nació AACIC, como fueron aquellos años. Cada vez que nos lo cuentan, descubrimos un nuevo ángulo: «En aquella época -final de los años ochenta, principios de los noventa – se empezaron a introducir los ecocardiogramas en los hospitales. Fue una revolución. La nueva herramienta permitía «ver» el corazón. (Un cardiólogo de aquellos años lo resumía diciendo: «se abrió una ventana donde antes todo era oscuridad»). «El doctor Mortera propuso a Engel una intervención reparadora del corazón de su hijo, mucho más ambiciosa que las rutinarias técnicas paliativas. La operación, en la que también intervino el doctor Miquel Rissech, salió bien. «Dudo que nunca nadie haya visto el doctor Mortera tan feliz como lo vi yo ese día. Todo fue muy bien», recuerda Carlos con una sonrisa.

Se había alcanzado un nuevo hito en los tratamientos de las malformaciones congénitas del corazón. El caso del hijo de Carlos, y otros similares, crearon nuevas expectativas entre padres y madres con hijos con cardiopatía. La ilusión, sin embargo, se mezclaba con la incertidumbre. Como reaccionarían con los años aquellos corazones «reparados». Carlos nos dice que fueron los mismos médicos que sugirieron a las familias de crear una asociación. «Nos facilitaron una Aula del Hospital Clínico de Barcelona para que nos reuniéramos las familias que nos encontrábamos en situaciones similares», recuerda. En 1994 se fundó AACIC, aunque con otro nombre. De esto hace veinte años. «Cada año hacíamos un encuentro. Una de las primeras la celebramos en Vilafranca, con visita al Museo del Vino incluida, naturalmente», añade.

Hace un buen rato que charlamos. Pasamos de un tema a otro, sin prisas. Hemos hablado de las dificultades por las que pasan actualmente las farmacias, del origen de AACIC, pero aún no le he preguntado nada sobre la Fundación CorAvant. La creación de CorAvant fue singular, en el sentido que nacía como iniciativa de una asociación, AACIC. «Había que hacer una fundación para garantizar la continuidad de los servicios que ha estado ofreciendo AACIC todos estos años», afirma Carlos. Era el año 2008. Ahora, Carlos Engel ha dejado de pertenecer al Patronato. Le pregunto el motivo y como respuesta hace una reflexión: «AACIC tiene veinte años. Veinte años es el ciclo de una generación. En estos años se han incorporado nuevos socios. Tenemos que saber crear los espacios para que estas personas valiosas que se han ido sumando al proyecto también se le puedan hacer suyo. Este compromiso se puede hacer desde la Fundación CorAvant. Hay que incorporar gente nueva».

Se me ocurren unas cuantas preguntas: qué perfil piensa que deberían tener las personas del Patronato de la Fundación? Cuántas personas debería tener el Patronato? ¿Cuáles crees que deberían ser las funciones de los miembros del Patronato? Carlos tiene pensadas las respuestas. «No es necesario que haya muchas personas en un patronato. No te sabría decir cuántas son muchas o pocas; el patronato debe ser operativo, se debe poder reunirse cuando sea necesario y tomar decisiones». Le pregunto cuál es la tarea de los patronos de la Fundación: «Las personas del Patronato tienen un papel de representación. Representan la Fundación. Los patrones y las patronas, tienen un papel destacado en la captación de recursos». (En algún momento tenía que llegar… ¡el tema!). ¿Seremos capaces de depender menos de las aportaciones públicas y contar cada vez con más financiación privada o particular? A Carlos, la respuesta a este planteamiento le parece obvia. «Si de algo ha dado ejemplo Cataluña es de financiar con capital privado sus proyectos. Yo he estado vinculado a clubes deportivos. Conozco entidades, como el Vilafranca de fútbol o el Club Marítimo de Altafulla, ¿Cuántos clubes deportivos hay en Cataluña? Cuando se habla de la sociedad civil nos referimos a un montón de entidades que organizan en torno a la iniciativa más insólita. La Fundación tiene capacidad para encontrar recursos». Le pido que me ayude.

Le digo que he decidido dedicarme en cuerpo y alma a captar fondos para la Fundación. ¿Por dónde empiezo? «Te diría que no empieces por Repsol, por ejemplo. Prefiero contar con trescientas personas que aporten tres mil euros, que con dos grandes donaciones. He encontrado personas que conocen a alguien que conoce a alguien de una gran empresa. Se ponía mucha energía en estos contactos. Se dedicaba mucho tiempo y mucho esfuerzo. Se puede conseguir, pero, después de dos años, si esa firma te deja, ¿qué haces? Encontrar donantes medios, personas con negocios y empresas que no son del Ibex y que funcionan, es realista». Carlos Engel ha dejado de ser miembro del Patronato. Ahora, gestiona twitter de CorAvant. «Siempre me han gustado los temas científicos. Cuando encuentro alguna información referida a las cardiopatías congénitas hago un tuit. Por un lado, me hace estar más al tanto de todo lo que hacemos y, por el otro, lo puedo hacer desde casa, sin coger el coche para ir a Barcelona».

Carlos Engel no ha plegado. Sólo ha dado un paso hacia un lado. Ya lo ha dicho: «Tenemos que saber crear los espacios para que estas personas valiosas que se han ido sumando al proyecto también se le puedan hacer suyo.» Muchas gracias Carlos.