Editorial

“Actualmente la mujer puede escoger, pero lo tiene difícil. Demasiadas cosas a hacer en poco tiempo”

Maria Teresa Pi-Sunyer, psicóloga, especialista en embarazos de riesgo.

Hacía tiempo que queríamos hablar con María Teresa Pi-Sunyer. Como psicóloga se ha especializado en maternidad de riesgo. Su trabajo sobre maternidad en las prisiones, una investigación realizada a principios de los años 90 en la prisión de mujeres de Wad-Ras, fue pionero y sigue siendo un referente. Hace un par de años, ella y Sara Berbel consiguieron publicar “El cuerpo silenciado”, un libro sobre el hecho de ser mujer y sobre cómo las personas, la sociedad y la cultura construyen una identidad femenina.

Sin pretenderlo, hemos sido testimonios de su trabajo actual cuando hablamos con ella en una de las consultas de la unidad de embarazo de riesgo del hospital donde ofrece sus servicios. Alguien llama a la puerta. María Teresa la atiende. Una doctora explica que ha atendido una chica de doce años embarazada de ocho meses. Sus padres acaban de enterarse de ello. La doctora cree que María Teresa debería hacer el seguimiento de este caso para valorar si es necesario algún tipo de apoyo.

El riesgo puede ser físico o psicológico, por causas personales o sociales. Cada caso es único, pero las chicas jóvenes con cardiopatía congénita y que deciden ser madres asumen un cierto riesgo. A lo largo de la conversación la doctora Pi-Sunyer insistió hasta tres veces en la importancia de las asociaciones de afectados, “por el valor que tiene el hecho de abrirnos, expresarnos y compartir las experiencias”; insiste que  “me gustaría que esto lo mencionaran”. Dicho y hecho.

Los tiempos han cambiado…

Sí, los tiempos cambian rápido y hoy la maternidad no es la única y la primera cosa, sino que hay otros aspectos de la vida que también son importantes: la vida laboral y  la realización  personal.

¿Qué ha cambiado?

La posibilidad de escoger. Uno puede organizar la vida con ciertas prioridades para ciertos momentos. Uno puedo escoger cómo tener un hijo, con quién, cuándo y porqué. Actualmente la mujer puede escoger, pero lo tiene difícil. Demasiadas cosas a hacer en tan poco tiempo. Por ejemplo, cada vez más encontramos mujeres que se han dedicado intensamente al trabajo, a una carrera profesional o a los estudios, pero llega un momento que se plantean “ser madres”. Este hecho se da, en general, entre los 35 y los 40 años, entones hay cierta prisa para ser madre. Se convierte entonces en un hecho muy importante y urgente, y tal vez por las circunstancias no es el mejor momento para ello. Además, la sociedad no colabora en absoluto a ello.

¿Qué puede hacer la sociedad?

Facilitar que los jóvenes sean independientes, autónomos, con trabajo, vivienda, que se organicen, y después podrán tener hijos. A En Cataluña, no vivimos en una época favorable para poder tener hijos. Repito que son demasiadas cosas y poco tiempo para ello.

Esto también es una buena filosofía.  Gracias doctora.

Escribe que las asociaciones realizáis un trabajo muy necesario.

Descuide,  lo escribiré.

En estos primeros momentos, como familiares, ¿qué pueden hacer?

Como familiares debemos estar cerca, pero no enganchados. Estar cerca, pero de manera discreta, con respeto. Normalmente, todos quieren decir la suya. Empiezan a explicar casos, que si conozco, que si yo sé. En esta primera etapa los padres están ofuscados. Hay que estar presente, pero con respeto.

Es aquello de… «bueno, ya me avisarás…»

Eso mismo. «Ya me avisarás, si necesitas…», «ya me dirás algo…». En este momento los padres también necesitan mucha información. Que se les explique todo con detalle. No se trata tanto que lo entiendan; en esta primera etapa están tan ofuscados que no asimilan toda la información, pero es esencial que perciban que tienen un buen apoyo desde  el equipo médico y psicológico. Y también hablar. (…) Tal vez no en los primeros momentos, pero es muy positivo encontrar otros padres y madres con una experiencia de más años y otros con experiencia más reciente; este hecho es muy terapéutico por el valor que tiene el hecho de abrirnos, expresarnos, compartir las experiencias. Uno llega y está perdido, y al cabo de un año eres tú quien te ocupas de recibir una persona nueva.

Las veces que he compartido alguna actividad con socios de AACIC no veo que sea gente deprimida, más bien lo contrario.

Hay una cosa que pasa con  los padres con dificultades, y es que surgen ganas de luchar. Es un compromiso con la vida. Normalmente son gente con combatividad, con ganas de ir adelante, de reforzar, que te hace más fuerte. Van conociendo niños y padres con la misma realidad.  El crecimiento gradual del niño, el apoyo, la estimulación, ver su desarrollo… ves a los padres… una gente potente, capaces de arrastrar un carro. Qué fuerza, qué ganas. Yo pienso «dame un poco»,  «enséñame  cómo lo haces». Las parejas te comentan «nos hemos fortalecido, hemos ganado en calidad de vida en la pareja».

Me mira fijamente y me dice riendo: “Qué pena que tengamos que pasar por situaciones así para llegar.” (Es una pena del todo, cierto. Pero…)

No hemos querido dejar pasar la oportunidad que alguien con la experiencia de la Maria Teresa Pi-Sunyer  nos diga también  algo  sobre las parejas que viven una situación que muchos de vosotros conocéis bien: el momento en que a una pareja que está esperando un hijo se le comunica que padece una cardiopatía. «Cuando te comunican una noticia así  no te lo esperas. Te  lo encuentras de una forma inesperada. Un embarazo es ir imaginando ese hijo, esa hija perfecta, que debe estar bien y  triunfar. Tenemos pocos hijos, pero deben ser buenos,¿verdad? Los padres tienen una caída importante, una fractura. Es una impresión muy negativa para su autoestima y aparece un sentimiento de desesperación, de no saber qué puede pasar en el futuro. Se sienten culpables, sobre todo la madre. Sienten que las cosas no han ido cómo querían. No han estado a la altura.»