Actualidad y experiencias

Joan i Ramon

«Ramon es de las personas más alegres que conozco. Quiere a quienes le rodean y siempre quiere jugar y pasarlo bien»

Me llamo Joan, voy a 3º de ESO y soy el primo de Ramon o Corvalent, que es como le decimos en casa.

Cuando me preguntan sobre la operación de corazón de Ramon, pienso en aquellos días que marcaron un inicio. Siempre lo recordaré: entonces yo iba a 5º de Primaria y no era tan consciente de la situación como ahora. Mis padres me explicaron que Ramon, que en aquel momento no tenía ni 1 año, estaba enfermo del corazón y no podía salir del hospital de Sant Joan de Déu hasta que los médicos lo curaran. Fuimos a visitarlo muchos días, pero solo mi madre entraba. Yo y mis hermanos nos esperábamos fuera. Un día, nos dejaron entrar para ver a Ramon y me quedé muy parado e impactado, él estaba lleno de túbulos para comer y respirar. Los días fueron pasando y continuábamos yendo a visitar el Corvalent hasta que un día, después de muchos esfuerzos por parte de médicos y familiares, se curó y pudo volver a casa. Lo celebramos de lo lindo, se lo merecía.

Todavía continúo pensando que, cómo se puede haber aguantado tanto a una edad tan pequeña y con un problema tal como lo es una cardiopatía. Admiro a mi primo pequeño por esta razón.
Los primeros años, Ramon fue más despacio con algunas cosas que hacen los niños pequeños, como aprender a andar. Aquello se podía entender: se pasó muchos días ingresado y no pudo aprender tan rápidamente como otros niños. Pero, tarde o temprano, acabas aprendiendo. Esto es lo que hizo Ramon. Siempre lo recordaré como una gran anécdota: nuestro principito empezó a andar en medio de Disneyland Paris, fueron unos momentos mágicos, donde mis abuelos y padres empezaron a decir eufóricamente «¡Mirad! ¡Ya anda!», mis hermanos y mi prima Carlota chillaban de la alegría y mis tíos se abrazaron todo emocionados.

Hoy, con Ramon, toda la familia nos hemos adentrado en el mundo de la discapacidad de mi primo, aunque tan solo sea un poco. Hago todo lo posible para ayudarlo: juego con él, entablo conversaciones con él (sea de la escuela, los coches o la serie de televisión que esté mirando) porque aprenda a pronunciar bien las palabras, le pongo los zapatos… Todo siempre con un ambiente lúdico y con su hermana pequeña, Francina.

Para terminar, admiro mucho a mis tíos por haber encarado a la sociedad, a querer hacer un llamamiento de su problema y a acompañar a las familias que viven en la misma situación que ellos y no solo cerrarse en ellos mismos y Ramon. Es una cosa que no todo el mundo podría hacer.

Pero… ¿Cómo es ahora Ramon? Ramon es de las personas más alegres que conozco. Quiere a quienes le rodean y siempre quiere jugar y pasarlo bien. Le quiero mucho tal como es y quiero ayudarlo yo también a qué pueda salir adelante.

Joan