Actualidad y experiencias

«Nada es imposible para un corazón diferente que vive día a día»

Hola! Mi nombre es Keila Lizbeth Rojas tengo 23 años de edad, soy de un pueblo de Acapulco Guerrero, México y soy portadora de una cardiopatía congénita llamada tetralogía de fallot.

¡Ahora les quiero compartir mi historia!

Cuando nací le dijeron a mamá que había nacido bien, que todo estaba bien conmigo, y a la edad de 3 años un médico le dijo a mamá que tenía un soplo y que buscaran un especialista para que me atendieran. Mis padres fueron con varios cardiólogos, pero le dijeron que yo estaba bien y que no me iba pasar nada; que hiciera mi “vida normal”. Cada vez que iba creciendo y pasaban los años me sentía mal, me cansaba mucho y se me miraba a simple vista en mis manos y labios (cianosis). Pero a la edad de 16 años, empeore, sentía unos fuertes dolores en mi corazón. Y fue allí donde me empezaron a atender; en el Hospital General de Acapulco, el cardiopediatra dijo que necesitaba cirugía él fue el que dio con mi diagnóstico, y dio la orden para que llegara al Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chavez.

Ya se imaginaran la angustia de saber que me harían y solo pensaba en que no me operaran. Bueno, fue un proceso…

Y en la siguiente cita cuando me realizaron todos los estudios, me dijeron que tendrían que hacerme una cirugía lo más pronto posible, ya que estas cirugías se hacen de pequeños. Tenía tanto miedo y llore, no pensé que tan pronto y luego me imaginaba cosas.

Cuando fue la cirugía solo mi madre y mi hermana estuvieron allí; papá no, porque somos de bajos recursos no podían trasladarse todos. Aún recuerdo que mamá quería llorar y le dije: “No llore yo estaré bien, sea fuerte por mí”. Cuando desperté de la cirugía, ya había pasado todo y al abrir los ojos mamá estaba allí, solo llore de alegría, faltaba mi recuperación pero sabía que todo iba a salir bien que era cuestión mía.

Y así fue…

Han pasado un poco más de 5 años y me dijeron que habrá otra cirugía para hacer la corrección total de mi tetralogía de fallot.

Actualmente hago mi vida normal, y sigo superándome. Estoy estudiando mi licenciatura en Psicología; 8° semestre en la Universidad Autónoma de Guerrero y, ¿saben? sigo con mis metas y mis grandes sueños: nada es imposible para un corazón diferente que vive día a día. Todo es posible con dedicación y esfuerzo.

GRACIAS a todo el personal del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (yo la llamo mi segunda casa) que nos da la mejor atención; jamás me canso de agradecerles y a la fundación que nos apoyó. Siempre que cada médico o cardiólogo conoce mi caso se asombran por la edad en la que me operaron y me dicen es un MILAGRO DE DIOS. Finalmente solo puedo decir hay que dar una buena sonrisa a todo y que viva feliz tu Corazón.

Gracias a mi Cardiopatía Congénita y esta experiencia soy la persona que soy.

Espero les sirva a todos los niñ@s, jóvenes, adultos y familiares; si se puede salir adelante y que nuestra enfermedad no es un impedimento para lograr lo que te propongas. No cubran nunca su “Perfecta Imperfección”; sus cicatrices porque cuentan una historia de un Gran triunfo… Y recuerden Todos Somos “GUERREROS DEL CORAZON”.

 

Keila

 

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