Un año más, familias, niños, profesionales y caballos de Cal Graells se han vuelto a encontrar en los campamentos de equinoterapia en Sant Martí de Sesgueioles.
Me he podido dar cuenta que para estos niños y jóvenes tomar la medicación es un hábito que ya tienen incorporado y, en cambio, el impacto que genera en las conductas emocionales este hecho, así como el hecho de mantener un estilo de vida concreto, es el que marca las diferencias en el entorno habitual con conductas de reclamo. Pero, un entorno entre iguales, como el de los campamentos, permite que puedan expresar y compartir los miedos y las vulnerabilidades.
El hecho de reencontrarse, compartir tiempo, espacio y actividades con compañeros en situaciones similares, hace que las experiencias que reviven los ayuden a conducirlas hacia la autosuperación. El reflejo no permite esconderse con proteccionismos, sino que les conecta con su realidad, y esto les hace buscar recursos de afrontamiento y reafirmación.
La relación con el caballo y con su historia les ayuda a compensar esta labor de concienciación que en cada ciclo evolutivo se hará evidente con perfiles personales y conductas individualizadas, que se pueden seguir trabajando.
Gracias por darme la oportunidad de aprender.
Montse Tarrech