La fuerza del ‘moai’ está muy presente en la Trobada

La mañana empezó con la Asamblea general para socios y socias, donde se presentó la memoria de actividades y económica del ejercicio de 2023 y la propuesta de aprobación del proyecto y presupuesto del ejercicio de 2024; y otros puntos del orden del día como la aceptación de los nuevos socios y socias de AACIC, la presentación de solicitudes de subvención a las convocatorias del 2024, la apertura de la delegación en l’Hospitalet de Llobregat o el canal ético del compliance penal.

Mientras tanto, los niños, adolescentes y jóvenes estuvieron haciendo un taller participativo de confianza: “El ciego y el lazarillo”. Los y las participantes se ponían en parejas y a uno de ellos se le tapaban los ojos y el otro lo tenía que guiar a explorar su alrededor sin decir nada, pero teniendo cura de él en todo momento.

A las 12 del mediodía, Francesc Miralles, escritor y conferenciante, nos habló del ‘moai’, una palabra japonesa que significa “círculo de personas que se encuentran para apoyarse”. Y esto es precisamente lo que hacemos en los espacios de encuentro de AACIC y de CorAvant, porque “pertenecer a un círculo soluciona el problema de la soledad”. Durante la charla, Miralles también nos contó que según los japoneses, todas y todos tenemos un ikigai, que en castellano se podría traducir como el propósito vital. Algunas personas ya lo han encontrado, otras lo tienen adentro, pero todavía no lo han descubierto. Tener un ikigai es uno de los secretos para tener una vida larga, joven y feliz, como la que llevan los habitantes de Okinawa, la isla más longeva del mundo. Francesc Miralles y Héctor García fueron al Japón para descubrir qué hacían sus habitantes para vivir con tanta vitalidad y optimismo. Analizaron como se alimentaban, como se movían, como trabajaban, como se relacionaban con los otros… y el secreto mejor guardado: como encontrar el ikigai que da sentido a su existencia y los impulsa a vivir cien años en plena forma, porque tener una gran pasión muy definida da satisfacción y significado en la vida. Y es que el ikigai incluye siempre el deseo de aliviar el sufrimiento de los demás.

La charla se alargó hasta la hora de comida donde todos juntos pudimos degustar varios platillos para todos los gustos y paladares. Al final de la comida, después de los parlamentos de Rosa Armengol, gerente de la entidad, Eloi, un chico con cardiopatía, sopló las velas y después todos juntos hicimos un brindis de celebración del 30º cumpleaños del AACIC.

Por la tarde, Jordi F. Vives, adulto con cardiopatía, nos vino a presentar su primera novela: Los días de Sheeran, Mayer y McLean, que narra la historia de Gerard, un joven de unos 25-30 años, que tiene una cardiopatía y se rebela contra la vida que le ha tocado, pero que a la vez también va aceptando que la cardiopatía lo acompañará para siempre y que le enseñará más cosas de las que él se piensa. Jordi nos lo explicaba así: “Pienso que es el libro que a mí me habría gustado leer hace muchos años, cuando los miedos y las dudas no me dejaban ver que de las limitaciones también se pueden hacer fortalezas.”

Y, mientras tanto, los más pequeños estuvieron haciendo un taller de pintar con arena Bateguet, el conejo de peluche que tiene un gran corazón bordado en el pecho.

A continuación, pequeños y grandes hicimos una gincana por grupos donde teníamos que superar varias pruebas llenas de ingenio, superación, conocimiento y trabajo en equipo.

Finalmente, antes de irnos, acabamos bailando los pasos de la flashmob que prepararon los niños, niñas y adolescentes a las Aventuras.Cor de Semana Santa, junto con las monitoras, y acabamos La Trobada al ritmo de Rock and roll de Catarres.