La celebración empezó con una visita guiada por el Recinto Modernista de Sant Pau. Los invitados e invitadas disfrutaron de un recorrido por el edificio más emblemático del arquitecto modernista Lluís Domènech y Montaner y pudieron contemplar uno de los procesos de restauración más importantes de los últimos años. Al terminar la visita, se celebró el acto institucional. Griselda Fillat y Rosa Armengol, presidenta y directora de CorAvant respectivamente, repasaron los hitos de estos años y anunciaron que el propósito para la nueva década es reorientar la Fundación hacia la atención integral de jóvenes y adultos con cardiopatía congénita. Durante el acto, pudimos disfrutar de una pequeña muestra de la exposición desCorda’t de Raquel Llorens, cinco fotografías de personas intervenidas a Corazón Abierto que se han desabrochado para mostrar su cicatriz como símbolo de vida y fortaleza. Finalmente, se brindó por los diez años vividos y por todos los que hay por vivir.
La Fundación CorAvant nació en 2008 del impulso de AACIC, Asociación de Cardiopatías Congénitas, para garantizar y ampliar los servicios de atención psicosocial a personas con cardiopatía congénita y sus familias. En diez años ha hecho crecer estos servicios, ha promovido investigaciones sobre el impacto de las cardiopatías congénitas en bebés y familias, y ha abierto un proyecto de ayuda a niños, niñas y jóvenes refugiados con problemas de corazón: Cors Valents. En estos diez años, la Asociación y la Fundación han visto como los niños, niñas y adolescentes crecen con nuevas necesidades y realidades muy diversas. Es por eso que han decidido que AACIC se haga cargo de infancia, adolescencia y familias y CorAvant se oriente a un público adulto.
La Fundación Privada del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que cedió los espacios y la gestión del acto, tiene como misión mantener y mejorar las instalaciones hospitalarias y su patrimonio, especialmente el Recinto Modernista, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1978 y Patrimonio Mundial por la UNESCO el 1997. La Fundación Privada lleva a cabo una importante actividad benéfica y asistencial. A pesar de que la lluvia no había cesado, hacia el mediodía, los asistentes marcharon con una cálida sonrisa y un chocolate artesano de la marca tortosina CREO que también quiso dejar su dulce huella.