El encuentro se celebró el 5 de abril en El Masnou, junto con la Asamblea general de socios de la organización. Además de este evento, inevitablemente institucional y formal, pero a la vez participativo, en el programa de la jornada se propusieron dos actividades muy interesantes. Por una parte, una conferencia impartida por la psicóloga y pedagoga Maria Jesús Comellas, una de las principales inspiradoras en Cataluña del debate sobre Educación de los jóvenes del siglo XXI. Por otra parte, mientras los padres escuchaban las palabras de la Dra. Comelles, los jóvenes compartieron sus inquietudes con las doctoras Maite Doñate, especialista en medicina deportiva, y Rosa Cullell, cardióloga, sobre temas relacionados con el deporte, la competición y el ejercicio físico.
El día soleado, aunque un poco ventoso, se completó con talleres para niños y con la intervención de un mago, en Truquitxan, que… bien, ¡hizo de las suyas!
Los jóvenes de AACIC reivindican su propia responsabilidad en decidir si hacer actividad física
Maite Doñate, especialista en medicina deportiva y miembro del equipo del Hospital San Pau de Barcelona y la cardióloga del Hospital de St. Joan de Reus, Rosa Cullell, debatieron con los jóvenes de AACIC durante casi dos horas sobre ejercicio físico, la competición y deporte en la reunión anual 2008 de AACIC en El Masnou. Más tarde, los jóvenes y los médicos compartieron los temas más importantes con los padres. Estas son las conclusiones:
El miedo es a menudo el compañero de viaje de los padres a la hora de decir qué cosas pueden hacer o no sus hijos. Por esta razón, la convocatoria que ha reunido los jóvenes y los especialistas en el encuentro fue anunciada con el título “Del Dragon Khan al zapping”. El título pone en evidencia dos actitudes: gente joven que no deja de hacer cosas o jóvenes sentados todo el día delante de una pantalla. Entre el Dragon Khan y el miedo hay una gama enorme de posibilidades.
“No nos parece justo que las personas con cardiopatía congénita estén excluidas de los programas de deporte, porque el deporte es muy saludable,” afirma la Dra. Cullell. “El ejercicio físico – decía – en cualquiera de nosotros es una herramienta al servicio de nuestra salud. Sin embargo, cualquier indicación o recomendación debe hacerse con la persona delante.”
Un padre de la sala preguntó a los jóvenes: “Pero vosotros ¿paráis cuando lo necesitáis?”. La respuesta fue contundente: «¡Yo sí, por supuesto!», dijo uno de los jóvenes. (Una madre añadió: “Yo de pequeña era de las que nunca paraba quieta, por eso ahora lo temo”). Otras voces pusieron sobre la mesa algunas evidencias: “hay niños que no hacen nada en la clase de educación física, pero en patio corren como quieren”.
En cuanto a la enfermedad cardíaca y el ejercicio físico hay dos grandes grupos. Decía la Dra. Cullell que “hay personas que ya han sido operadas quirúrgicamente y puede decirse que la cardiopatía está resuelta. En este caso no es necesario realizar la prueba de esfuerzo. Hay casos en los que se debe ir con mucho cuidado y la prueba de esfuerzo es una herramienta científica muy útil”.
La Dra. Doñate explicaba en que consiste: “… es una simulación de lo que sucede en el cuerpo cuando se hace ejercicio físico. Tenemos control del ritmo cardíaco, de la tensión, de la respiración y obtenemos información sobre las necesidades de músculo en cualquier situación de ejercicio. Nos formamos una idea clara de las condiciones del corazón a la hora de asumir cierta demanda frente a una situación física.”
El consumo de oxígeno de los músculos determina una calificación: bajo, medio o alto. “la gran mayoría de niños con enfermedades del corazón- comenta la Dra. Doñate- están en un nivel medio de consumo de oxígeno, como la mayoría de los niños de su edad. Por lo tanto tienen que ser capaces de hacer lo que otros chicos de su edad: hacer una excursión, nadar, ir en bicicleta o hacer deporte de intensidad media”.
Alguien en la sala preguntó por qué nuestros hijos “siempre dicen que están cansados”. El comentario general insistía en el hecho de que muchos de estos niños han sido objeto de múltiples limitaciones. Si no hay arritmias, si la tensión se comporta y la musculatura responde, podemos decir que la persona puede iniciar en la práctica de actividad física de manera progresiva, como lo haría cualquier otra persona.
El debate llegó a su punto culminante en el momento en que José (un joven con cardiopatía) tomó la palabra: “Yo entiendo que los padres estén preocupados, pero se debe confiar en los niños. Ellos saben perfectamente hasta dónde pueden llegar”.
Es verdad, añadían algunas voces, que de pequeños los niños se autocontrolan. La desconfianza surge en el momento en que se hacen más mayores, justo cuando aparecen otras motivaciones, como la competición.
Rosana, una de las psicólogas de AACIC, ha interpretado las palabras de José como un mensaje claro hacia los padres: “Nos está diciendo que nosotros tenemos responsabilidades sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra vida. Yo ya me he hecho mayor. Yo soy mayor y ya me ocupo de mis cosas. Yo me conozco perfectamente”.
El consejo final de las doctoras: “Si hacéis de manera regular todos los controles, si seguís las indicaciones del cardiólogo, y con el conocimiento que tenéis de vuestro cuerpo, deberíais poder realizar actividades físicas con confianza”.
Así, para resumir lo que ha sido este intercambio de puntos de vista y experiencias, podríamos decir que los jóvenes de AACIC reivindican su propia responsabilidad.
¿Padres, mades e hijos? “Hidratación, hidratación e hidratación”
En la conferencia central del Encuentro anual de AACIC, Maria Jesus Comellas recomienda “hidratación, hidratación e hidratación. Un montón de hidratación “en el día a día entre padres e hijos. Comellas, colaborador del popular program de Catalunya Ràdio “Educar a las criaturas”, explica cómo enfocar la educación de un hijo con una enfermedad crónica y destacó la necesidad de poner límites en la relación educativa diaria entre padres e hijos. “¡Si tú dices sí, yo digo no!”.
Para el especialista, los hijos a veces piensan que “cuando los padres dicen no, tal vez quieren decir ahora no, pero más tarde ya veremos. O hoy sí, porque… ¡o si haces no sé qué será que sí! ”
La conferenciante sugirió que la relación con los hijos debe tomarse con abundante agua: “Que se quejen. No pasa nada. Es más. Tiene el derecho a ello. También los adultos nos quejamos, debemos decirles. Caramba, tienes derecho a quejarte. Toma, bebe un vaso de agua. Aquí tienes un pañuelo y cuando termines tu queja, aquí estoy, pero seguirá siendo no”. “No te preocupes, aquí estoy para lo que necesites”.
Maria Jesús Comellas estuvo de pie el tiempo que duró su intervención. Sus gestos, la expresión de la cara y la voz se adaptavan cada vez a aquello que quería expresar. En un momento dado, soltó una declaración clara y simple: “¡Los jóvenes nos piden que los padres sean consecuentes, que tengan las ideas claras!”.”Los padres – afirmó – deben saber mantener la distancia emocional necesaria frente a sus hijos. ”
Entre los asistentes despertó mucho interés el punto de vista de la conferenciante acerca de si los alumnos deben hacer deberes en casa. Comellas afirmó con rotundidad que la escuela debe hacer de escuela y los padres deben hacer de padres, que hay cosas que se aprenden en la familia y otras se aprenden en comunidad, que en la escuela aprenden unas cosas y en casa aprenden otras.
Los asistentes despidieron a la conferenciante con fuertes aplausos y una gran sonrisa.