En los años sesenta todo esto era muy desconocido. Mi infancia transcurrió con muchas limitaciones en la escuela, con los amigos, pero tire adelante.
Me operó cuando tenía once años el Dr. Murtra, una eminencia en este campo. Mi vida cambió, todo mejoró, incluso pude tener a mi hija: era como un milagro.
Con los años llegó la parte más oscura. Me tuvieron que colocar un marcapasos y después de casi diez años, una válvula pulmonar y el Sintrom para siempre.
Pero estoy aquí. Cuando hice cincuenta años, mi madre me dijo que no pensaba que pudiéramos celebrarlo todos juntos. Me hizo llorar, hace poco que murió, como quería ella: antes de que yo.
Pilar
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