Actualidad y experiencias

‘Ahora vivo con toda normalidad siendo esposa y madre de mi príncipe’

Descubre la historia de Gemma, una chica que cuando tenía seis meses, le diagnosticaron una cardiopatía congénita de síndrome de Shone.

Cuando naces en medio de una familia de niños y siendo la pequeña de la casa, eres como una joya, como una flor, como un ángel… nada te hace pensar que una visita al pediatra lo puede cambiar todo.

Con seis meses, en el Hospital Vall d’Hebron me diagnosticaron una cardiopatía congénita de síndrome de Shone.

Me ingresaron por una bronquitis y cogí una endocarditis (infección en el corazón) que superé con éxito.

Con diez meses me operaron de la coartación de la aorta (ensanchamiento de la vena aorta, separando costillas).

Cuando tenía diez años me implantaron una válvula mitral y una de aorta mecánicas. Aquí empecé el tratamiento de Sintrom (anticoagulantes).

Con veintiocho años me hicieron un recambio valvular mecánico mitral y aorta sin éxito, después de un infarto al quirófano, intentaron hacer un bypass, pero tampoco funcionó y los mismos cirujanos me acompañaron en el traslado, conectada a la máquina extracorpórea y ECMO (máquina que me hacía de corazón) hacia el Hospital de Bellvitge donde me esperaban unos grandes profesionales para poner toda su sabiduría, amor, dedicación, esfuerzo, talento y vocación en mi corazón. Especialmente mi cirujano J. Toscano y todo su gran equipo.

Pasados cinco interminables días, aparece mi regalo de vida: el corazón de alguien a quien nunca se lo podré agradecer en persona, pero que siempre llevaré dentro de mí. El día que volví a nacer fue el once del once del 2014.

Con todo lo que he pasado en el ámbito médico y, sobre todo después del trasplante, tengo muy claro que han avanzado mucho, pero necesitamos que continúen investigando con nuevos fármacos y técnicas no tan invasivas para nuestro cuerpo.

Aunque la medicación —que hace que día a día mi corazón pueda seguir funcionando— y los efectos secundarios —osteopenia (descalcificación de los huesos), parálisis diafragmática, alteraciones de tiroides, entre otros— me han convertido en una paciente crónica, ahora vivo con toda normalidad siendo esposa desde el 2016 y madre de mi príncipe desde el 2017.

 

Gemma Mirabent

 

 

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