¿Quieres jugar? Puedes jugar después de una comida en familia o en una salida con amigos. Se juega en grupos de tres personas. Te explicamos cómo:
Primer paso
Ya lo hemos dicho. Deben ser tres personas. Decidir quién de los tres va a la consulta. Por ejemplo, en esta primera ronda empiezas tú. Piensa en una relación tuya conflictiva, o dolorosa. No tienes que explicar nada a tus compañeros de juego. Esto es importante. No les des ninguna pista. Para empezar, se deben poner uno delante del otro, mirándose, a una distancia normal, cómoda, ni muy cerca ni muy lejos. Bien. Y ahora, elige cuál de tus dos compañeros te representa a ti y cuál la persona con quien tienes el conflicto. ¿Lo has decidido? Ellos no deben saber cuál de estos dos papeles representan. Si lo supieran podrían manipular el juego, con muy buena intención, tal vez, pero no funcionaría. Ya está todo listo. Continuamos.
Segundo paso
Decide ahora quien moverás primero. De eso trata el juego. Tienes que mover tus dos compañeros y ponerlos en la posición que exprese el sentimiento que te produce la relación. Al principio te puede resultar extraño. Quizás piensas que no sabes cómo hacerlo… ¡Anda, que no cuesta tanto! Supongamos que has decidido mover primero al compañero que te representa a ti. ¿Cómo te sientes respecto a la relación?: ¿distante? ¿Por debajo de…? Cógelo y muévelo. Habla el mínimo, para no decir nada, hasta que creas que su postura representa tu estado de ánimo. ¿Le tienes colocado? Pues que no se mueva.
Y ahora ve a buscar el otro, el compañero o compañera que representa la persona con la que tienes la relación difícil. Haz lo mismo. Cógelo y sitúalo en el lugar y la postura que expresan el sentimiento que te produce. Acabas de construir dos estatuas que son el reflejo de la relación que quieres resolver. Y ahora encontramos en él la respuesta.
Tercer paso
Tú ya has terminado. Apártate. Ponte en un rincón. Míralo bien. Ahora les toca a ellos. ¿Qué deben hacer? Cuando les des la señal (cuando digas «adelante» o «ya pueden moverse»), tus compañeros de juego podrán cambiar de lugar y de postura. Deja que se guíen por la intuición y cuando hayan encontrado la nueva posición, que paren. Es un juego, sí, pero el juego no ha terminado. Fíjate como están ahora. ¿Cómo está el compañero que te representa a ti respecta al otro? Pon atención, porque ésta es la actitud que puedes intentar tomar para resolver el conflicto de la relación.
¿Te ha sorprendido? Ya lo comprobarás. Es un juego, sí, pero no es broma.