Actualidad y experiencias

«Pienso que, en la adolescencia, se aprende una vez pasada. Cuando estás, almenos yo, simplemente, vivía, sentía y retenía lo que me enseñaban los profesores para aprobar exámenes»

Jordi Fernández Vives, 25 años.

¿Crees que podrías delimitar los años que duró tu adolescencia?

De la última tarde que cogí los muñecos de la caja de los juguetes para querer jugar y no saber qué hacer, hasta el día que empecé a cobrar por hacer lo que me gustaba.

Me explico, el día que dejas de jugar con los muñecos como lo has hecho como eras pequeño, es porque claramente estás dejando atrás la infancia, pierdes esa capacidad de convertir tu habitación en un pueblo medieval o en el espacio exterior y sólo la ves como lo que es, tu rincón más tuyo. Y unos años más adelante, pasa lo mismo el día que ves que por lo que estás dedicando tus días, alguien te paga dinero, tu trabajo pasa a tener valor económico, te marcas unos horarios y unos objetivos. Ya no eres como habías sido desde que tienes memoria, ya eres un poco más como tus padres. Es decir: un adulto.

¿Qué es lo que más te gustó?

Descubrir el sexo.

¿Qué aprendiste?

Pienso que, en la adolescencia, se aprende una vez pasada. Cuando estás, almenos yo, simplemente, vivía, sentía y retenía lo que me enseñaban los profesores para aprobar exámenes.

¿Crees que por el hecho de tener una cardiopatía congénita la viviste diferente al resto de tus amigos?

Durante la adolescencia, recuerdo tener TODOS los sentimientos a flor de piel y todo se magnificaba, entre todos estos sentimientos, el miedo. Así que sí, la pasé, con todo, con un miedo omnipresente a que me volvieran a operar.

¿Tú que hace poco que la has pasado, piensas que socialmente está sobrevalorada? ¿Mito o realidad?

Creo que una vez la pasamos, nos dedicamos a infravalorarla, porque parece que nos hemos comportado de una manera «nada adulta», pero es que no éramos adultos…

Pienso que a veces deberíamos valorar y escuchar más lo que dicen los adolescentes ya que en muchos momentos sus comportamientos son provocados directamente por sentimientos, efímeros, pero en estado puro.

Y para terminar, ¿nos puedes explicar un hecho relevante que te marcara aquellos años?

Pues yo era a quien los niños miraban sorprendidos cuando encestaba un triple o me salía un salto con los patines porque no podía hacer deporte, y eso me hacía sentir que no valía tanto como los demás, me marcó mucho ser de los primeros en tener la suerte de enamorarme. Pude pasar gran parte de esta adolescencia con una chica a la que, además de pareja, consideraba una mejor amiga. Tanto amiga que fue la primera persona externa a mi familia que me acompañaba a algún tipo de revisión en Vall d’Hebron.

 


 

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