Actualidad y experiencias

«En AACIC conocí a mi amor, Alexia, era voluntaria de esta asociación»

Uno de los consejos que nos dice Albert es: «No hay que tener miedo de nada, hay que mirar adelante y no parar nunca de hacer cosas positivas para ti»

El 1 de noviembre de 2014 hizo 4 años que me operaron de una tretalogia de Fallot congénita. Me operó el Dr. J. A. Castro.

Actualmente tengo casi 35 años, ahora es uno de mis momentos y años mejores, porque me encuentro muy bien. En la visita de la cardióloga Dra. Pijuan del Hospital de la Vall d’Hebrón cada año me encuentran muy bien.

Como ya he dicho, hace cuatro años que me operaron y lo pasé muy mal. En lugar de estar 15 días en el hospital como todos, estuve 45 días ingresado, porque a parte de la tetralogía de Fallot también tengo bajas las defensas y, por ello, se alargó y complicó el proceso.

Una vez salí del hospital y fui a casa, estaba muy aplastado, desanimado, y no tenía claro mi futuro.

Encontré un folleto, propaganda de la Obra Social de «la Caixa», y leí en ella que había varias asociaciones, entre las cuales: Ginesta, Taller Baix Camp, Ola, Vental… y AACIC también, en un folleto del mismo hospital.

Los llamé y me di a conocer. Me fue muy bien, me animaron mucho. En algunas de estas asociaciones trabajé una temporada y en AACIC conocí a mi amor, Alexia, era voluntaria de esta asociación. Luego, me asocié como voluntario y afectado, y colaboré también con AACIC.

Actualmente estamos casados, lo hicimos el 13 de abril de 2013. Y, yo, súper bien. Estoy muy a gusto, contento, y lo más importante: me siento muy querido, ya que de lo mío, algunas personas, no quisieron saber nada y tampoco de mí, por falta de información o por miedo, tal vez, pero muchas personas me dieron mucho apoyo y ánimos, familia y amigos, principalmente. Hablando de amigos, en el hospital hice una gran amistad con un chico de Tarragona, Iban Perelló, un chico como yo, de edad, de ideas, en fin que nos caímos muy bien. Ahora somos como hermanos y es alguna de las cosas positivas que cogí y me llevé del hospital, aparte del trato inmejorable que recibí de todo el equipo de Cardiología de Vall d’Hebrón. Cada vez que voy a hacerme la revisión paso a hacer una visitilla a la segunda planta.

Actualmente, también, aparte de estar bien, casado, estable, estoy trabajando en el Taller Baix Camp, por temporadas, pero me encuentro muy bien, muy a gusto y todo el personal está pendiente de los trabajadores.

Por último, destaco que por lo que he pasado, al final, he sacado muchas cosas buenas para mí y eso me hace sentir muy bien. Un consejo: «No hay que tener miedo de nada, hay que mirar adelante y no parar nunca de hacer cosas positivas para ti».

 

Albert Güell Roca.