Me llamo Laia, tengo 35 años y hace ocho meses que hago de voluntaria para la Asociación de Cardiopatías Congénitas.
Nací con una cardiopatía congénita: una transposición de grandes vasos. Me operaron cuando tenía 13 meses. He hecho una vida bastante normal: he jugado como cualquiera otro niño. Hasta que a los 17-18 años ya empecé a tener más arritmias y en la actualidad estoy esperando un trasplante cardíaco.
El voluntariado que hago en el Hospital Materno-Infantil Vall d’Hebron me aporta muchas risas, muchas sonrisas. Veo muchas caras de ilusión, pero también hay lágrimas, momentos tristes, dolor.
Pienso que es un punto positivo que haya vivido algo similar, porque no es igual, cada caso es diferente. Pero las emociones que he podido vivir a lo largo de mi vida, muchas son reflejadas con las familias que hablamos.
Cuando yo vengo al Hospital, primero pasamos por las habitaciones, explicamos quiénes somos. Les explicamos que estamos en la sala de juegos y que cada día hacemos un taller o manualidades. Y, si no pueden venir, nos desplazamos nosotros hasta su habitación.
¿Por qué ser voluntaria? Para recibir sensaciones, para ayudar… porque no dejamos de ayudar. Pero ayuda mutua, no yo a la otra. Yo pienso que no es necesario cobrar por todo en este mundo y que si la gente diera un poco de su tiempo, algo más de lo que tiene, toda la sociedad saldría beneficiada. Todos podemos colaborar un poco para poder ayudarnos entre todos.
Mira la entrevista completa en el canal de Youtube de la Generalitat de Catalunya
Lee la entrevista que le hicieron por la exposición itinerante «Connecta’t al voluntariat» organizada por la Direcció General d’Acció Cívica i Comunitària de la Generalitat de Catalunya.
Laia Llopart, voluntària a l’Associació de Cardiopaties Congènites de Catalunya