Me llamo Cristina y tengo 19 años. Nací en una familia que desborda estima por todos lados. Y nací también con una coartación de aorta que comenzó a desconcertar a los médicos cuando aún no tenía un año. Cuando el fonendoscopio del doctor Joan detectó mi cardiopatía, comenzaron una serie de visitas al hospital, seguidas de una operación realmente exitosa y unas cuantas más visitas a los médicos que todavía hoy intentan asegurarse de que mi corazón late con fuerza y está sano. Doctores, enfermeras, pacientes y, sobretodo, familiares y amigos me acompañaron siempre, me hicieron sentir como en casa, me dieron amor y me enseñaron a recibir y a dar. La mía es una historia bonita, porque me ha llenado de ganas de vivir, de amar, de dar, de colaborar y de ayudar.
Hace poco más de un año tuve la oportunidad de contar mi historia de vida a niños y niñas de la Escola Carme Auguet y he sido, también, voluntaria en el Espacio Infantil para Niños con Cardiopatía Congénita con la intención de ayudar a los pequeños a integrar su cardiopatía en la vida cotidiana, a fomentar su capacidad de relación y hacerles ver que su corazón es tan o más valioso que todos los demás corazones. El suyo, el mío y los corazones de todos nosotros: corazones que aman, que se enamoran, que se ilusionan. Corazones que, como el mío, hoy laten para ser cada día una mejor maestra de infantil, una mejor hermana, una mejor amiga y una mejor persona.
Cristina Rius Marsillach