Aurora es la voluntaria más veterana de AACIC CorAvant. Es una de las primeras personas que sin padecer cardiopatía congénita se apuntó a hacer de voluntaria en los actos de difusión de la entidad.
Aurora tenía muy buena relación con sus vecinos. El día que aquel matrimonio joven tuvo un hijo estuvo muy contenta. Poco después de nacer, pero, la joven pareja hizo saber a Aurora que el hijo que acababa de nacer tenía una malformación del corazón y le deberían operar. Aurora estuvo pensando cómo podía ayudar a esa familia que apreciaba tanto. En ese momento, AACIC sólo era un proyecto. Al consolidarse la Asociación, Aurora se presentó como voluntaria «para dar una mano», cada vez que la Asociación hacía una actividad pública.
Aurora ha trabajado toda la vida en una compañía de seguros inglesa hasta que se retiró: «Me gustaba el trabajo que hacía, y la gente con la que trabajaba. Era de esas personas que iba contenta a trabajar «, nos dice. Desde hace un tiempo tiene problemas con la rótula de una rodilla. Por ello no subió al Tibidabo en la última Fiesta del Corazón. En cambio, sí que se quedó un talonario de lotería, como cada año, para venderlo entre la gente del barrio, «con esto ayudo a los chicos y las chicas que nacen con problemas de corazón.»
Aurora explica que antes, las familias, no tenían tanta información como ahora sobre las cardiopatías. Ella se pone en la piel de los padres que reciben por primera vez la noticia de que su hijo o hija ha nacido con una cardiopatía: «es muy bueno que tengan alguien a su lado.» Para Aurora Casamitjana este es el principal valor de AACIC CorAvant.