- Sigue una dieta equilibrada y saludable. Come a menudo y que sean platos ligeros, refrescantes y ricos en verduras y frutas de temporada.
- Bebe mucha agua para evitar la deshidratación. No esperes a tener sed e hidrátate durando todo el día. Evita los refrescos con gas, el alcohol y las bebidas con cafeína y azucaradas.
- Protégete del sol. Utiliza una crema solar adecuada a tu tipo de piel, aunque el día esté nublado.
- Evita la exposición al sol de las 12 del mediodía a las 4 de la tarde.
- Realiza actividad física moderada durante las primeras horas del día o las últimas de la tarde, cuando el sol no calienta tanto, siempre que no tengas ninguna contraindicación médica para hacerlo.
- Ten cuidado con los cambios bruscos de temperatura, sobre todo cuando entres y salgas del agua o de espacios climatizados.
- Viste ropa ancha y transpirable, de algodón, ancha y colores claros, elige un calzado cómodo y utiliza una gorra o sombrero para protegerte del sol.
- Guarda tus medicamentos en un lugar fresco y seco, sin exponerlos en el sol ni a temperaturas elevadas. Si tomas anticoagulantes, vigila la contraindicación de comida mucha hoja verde (ensaladas, vitamina K en concreto).
- Cuidado con los recorridos largos en coche. Se recomienda parar cada 2 horas a estirar las piernas y hay que controlar la temperatura del interior del vehículo.
- Ante síntomas provocados por el calor y las altas temperaturas que se alarguen más de una hora, consulta a tu médico o médica.
Estos consejos están avalados por la Dra. Georgia Sarquella, especializada en cardiopatía pediátrica, cardiopatía familiar y arritmias del Hospital Sant Joan de Déu.
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