Justo antes del verano, el grupo de jóvenes de AACIC CorAvant quedamos un sábado en Barcelona para ir al Museo de Cera. También fuimos a merendar a un local muy especial, el Bosc de les Fades. Un gran día, en el que nos despedimos hasta después de las vacaciones. En octubre, hicimos otro encuentro, una cena. Nos reunimos jóvenes de toda Catalunya, ¡veinticinco, éramos! Lo queremos repetir otro día. Si no te quieres perder la próxima salida del grupo de jóvenes, apúntate a nuestro grupo de Facebook.
¿Cómo nació la iniciativa de estas salidas?
Nos lo pidieron. En uno de los encuentros preguntamos a la gente, qué quería, qué esperaba de nosotros, y una de las cosas que comentaron es que les gustaría verse más a menudo. Lo estuvimos pensando y se nos ocurrió hacer salidas lúdicas a las que se pudieran apuntar todos.
Las salidas se organizan por grupos de edad. Hay tres grupos: el de los preadolescentes, que son los más jóvenes hasta los dieciséis años; el de los jóvenes, con gente que va de los diecisiete a prácticamente los treinta; y el grupo de adultos, de treinta años hacia adelante.
Àngels comenta que, en el futuro, se quiere probar un criterio más flexible.
Nos hemos dado cuenta de que las fronteras de edad entre las salidas de jóvenes y adultos no acaban de funcionar. ¿Por qué alguien de veintiocho años no puede ir con los adultos? Depende del momento vital en el que te encuentres, puede que te sientas más cómodo con gente más joven o mayor. No seamos tan, tan cuadrados.
De las salidas que se han hecho hasta ahora, ¿cuál dirías que ha tenido más éxito?
¡El Aquàrium! ¿Sabes que adoptamos un delfín? Bueno, como mascota. Es una de las actividades mejor recibida. También hemos hecho un taller de risoterapia, que es muy divertido. Todo el mundo se lo pasa muy bien. Con los mayores nos encontramos para ir a cenar, por ejemplo.
¿Qué tiene de especial una de esas salidas?
Es una salida, como podrías salir con cualquier otro grupo de personas. Lo más especial es el lugar o la actividad que elijas. Vamos al Aquàrium, vemos los peces, comemos juntos y nos lo pasamos bien. Pero todo el mundo sabe que las personas con las que sale han pasado o están pasando situaciones parecidas, hablan, comentan cosas. Con esto quiero decir que salir con nosotros no es exactamente lo mismo que ir un día de excursión con el colegio o a cenar con unos amigos.
¿Provocan que se hable de todas estas cosas?
A veces provocamos que hablen de cosas, pero tengo que decir que las conversaciones surgen de una manera natural. Sobre todo a la hora de comer. Ya saben dónde van. Además, se reúne gente de todas partes, gente que, si no fuera por la salida, puede que no se encontrarían, y esto también es un estímulo para apuntarse.
¿Cuáles son los temas estrella en las conversaciones?
En el grupo de jóvenes, por ejemplo, hablan de sí me cuesta encontrar trabajo, si mi pareja no entiende lo que me pasa, cómo se relacionan con otros chicos y chicas, de tener hijos … Los temas que con los amigos o con la familia o que fuera de la cardiopatía no tienen con quien compartirlos.
¿Quién se lo pasa mejor: los niños, los jóvenes o los adultos?
Yo diría que cuando te apuntas a una salida, ya vas con la predisposición de pasártelo bien. Te apuntas porque te apetece. También he de decir, sin embargo, que, a veces, los padres están entusiasmados con una salida. Convencen a los hijos, y los hijos te dicen que han venido porque se lo han pedido los padres. No se puede obligar a nadie.
¿Puedo apuntarme a una salida de adultos?
¿Por qué no?
¿Cómo me lo pasaré?
Esto depende de ti, pero si tienes ganas de hacer algo con gente de lugares muy diferentes, sin ningún compromiso, ven. Puede ser un día diferente.