Actualidad y experiencias

Albert Palau

“Cada persona debe escucharse y ver qué es lo que más necesita”

Albert Palau tiene 33 años. Nació con una trasposición de grandes vasos. Ha sufrido cuatro operaciones a corazón abierto y algunas otras menos invasivas.

La última operación fue hace tres años y, a pesar de sentirse mucho mejor después de la operación, ya no volvió a tener la calidad de vida que tenía. “Los años pasan factura”, dice. En la conversación que tuvimos con él nos explica cómo con la RPG (Rehabilitación Postural Global) ha encontrado una solución para estar mejor.

Parece que te encuentras bien, ¿cierto Albert?

(Sonriendo) Veo que tenéis una fuente fidedigna que os informa muy bien. Vuelve a ponerse serio. Me encuentro mejor que antes de la operación, pero no mejor que antes de la última crisis: si antes me sentía al 100% y podía hacer caminatas con subidas y bajadas, ahora estoy al 70%. Aquellas caminatas ya no puedo hacerlas.

Cuando hablas de calidad de vida, ¿piensas sólo en la parte médica de las intervenciones o también piensas en otras coses que has ido mejorando en el día a día?

No, yo no pienso en términos médicos. Simplemente, pienso en mi día a día. Debo tomar medicamentos, tengo que vivir y moverme, tengo que ir a revisiones… Desde hace unos años voy a una terapeuta de RPG y me va muy bien. Después de las operaciones, todo queda muy tocado y esta terapeuta me ayuda mucho, sobre todo en el trabajo con el cuerpo. Yo ya tengo 33 año y las operaciones empiezan a pasar factura. Por ejemplo, en la última operación me pusieron un DAE, y es muy grande. Las técnicas de RPG me permiten poder hacer espacio e ir asimilando poco a poco el nuevo aparato.

Tengo el cuerpo bastante tocado. Cada operación ha sido una agresión importante. La RPG me va muy bien para poner todo en su lugar. Se trata de diferentes técnicas, masajes, recolocación, extensión, corrección postural del cuerpo, estiramientos de los músculos… Básicamente te estiran, te colocan bien los hombros, el cuello, toda la espalda i te enseñan a respirar.

¿Con qué frecuencia vas?

Antes, cuando me sentía al 100%, no lo necesitaba, al menos, eso es lo que pensaba. Durante los postoperatorios he ido cada semana o cada dos. Es cuando más lo necesitaba y me ha ido muy bien. Y ahora voy una vez al mes.

¿Recomendarías esta terapia?

Depende, no sé si todos están tan cascados como yo. Evidentemente nunca está de más hacer algún ejercicio muscular y de huesos, sobre todo después de las intervenciones. Para el postoperatorio lo recomendaría seguro. Cada persona debe escucharse y ver qué es lo que más necesita.

A mi me han roto unas cuantas veces el esternón y no se ha cerrado bien, tenía los hombros girados hacia adelante. Necesitaba trabajar mucho los hombros y la caja torácica. Cuando salgo de la sesión estoy mejor, con más capacidad pulmonar, no tengo prácticamente dolor, y depende de lo que haga, puedo llegar mejor o peor a la próxima sesión.

Lo que sí recomendaría es tomar las medidas adecuadas desde la primera intervención, para que la espalda no salga perjudicada. Las intervenciones a corazón abierto son muy invasivas y, si no se pone remedio, después se paga más caro. Creo firmemente que se debería estudiar a fondo cuáles deben ser los métodos para solucionar o paliar las repercusiones de huesos y músculos de las intervenciones quirúrgicas. Médicamente no se tienen en cuenta las repercusiones de la intervención.

Bien, esto ya se está haciendo. La cirugía actual es mucho menos invasiva y si se puede evitar intervenir a corazón abierto, se evita.

(Riendo) Pues qué pena no haber nacido en este siglo.

Con el tiempo, he aprendido que para que estas terapias funcionen es muy importante el trabajo personal. Debes conocerte y cuando eres consciente de ello, te das cuenta de lo qué te va bien y lo valoras más. Cooperas más en cada sesión, la sesión es más provechosa y si alguna vez sales, te controlas para no llegar a hacer más de lo que tu cuerpo necesita, y mejoras mucho más.

¿Quieres añadir algo?

Bien, no sé… La clave está en el hecho de que cada uno encuentre aquella técnica que le funcione. A mí el RPG me funciona. Me ayuda a relajarme y si estoy más tranquilo, veo las cosas mejor y actúo con más serenidad.

 

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