Editorial

«¿Y tú, darías tu corazón?”

Dr. Josep Girona, jefe del Servicio de Cardiologia Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron y miembro del Comité Científico de AACIC CorAvant

Los trasplantes de órganos y de tejidos fueron el motivo elegido por los responsables de la Maratón de TV3 en 2011. Las cardiopatías congénitas son, aún hoy, una de las causas principales de trasplante en bebés menores de un año. Los avances en cirugía cardiaca, como bien saben, ofrecen hoy alternativas. El trasplante, no es la primera opción terapéutica, pero es una, y salva vidas.

En el último año, en el Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona se han hecho catorce trasplantes de corazón pediátricos. La cifra es significativa. Hace sólo dos años, no llegaba a dos el número anual de trasplantes de corazón a menores. El incremento es el resultado de un proceso largo. El año 2006 es una fecha significativa: se lleva a cabo el primer trasplante pediátrico doble, de corazón y pulmón, a un joven de 16 años en este hospital. Este tipo de internaciones requieren equipos especializados en múltiples disciplinas. También implica establecer redes eficientes con otros centros, así como entre los organismos que hacen la intermediación entre pacientes y donantes, inversiones en tecnología e incorporaciones de personas nuevas cuando sea necesario, con el compromiso de estar al corriente de cualquier avance.

Nada de esto es fácil, pero se ha hecho el trabajo. El programa «Insuficiencia cardíaca y trasplante de corazón» que coordina la Dra. Dimpna Albert, y la reciente incorporación en el Hospital Infantil Valle de Hebrón del Dr. Raul Abella como jefe de Cirugía Cardiaca Pediátrica han hecho posible que en un año este hospital haya triplicado el número de trasplantes pediátricos. Esto es noticia. Una buena noticia. El trasplante de corazón es una opción terapéutica de alto costo. En Cataluña está al alcance de toda la ciudadanía, catalanes y de otras comunidades autónomas, a través del sistema público de sanidad. La Maratón de TV3 nos hizo pensar en el valor de la donación de órganos y de tejidos. Nosotros también pensamos en las personas que transforman la generosidad de cada donante en una esperanza de vida. Hemos hablado con el Dr. Josep Girona, jefe del Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron y miembro del Comité Científico de AACIC CorAvant.

Dicen que hasta el 2009, en España se habían llevado a cabo 267 trasplantes de corazón pediátricos. ¿Cómo valorar la cifra?

Muy positivamente. Son personas a las que hemos podido dar una oportunidad de vivir. Seguramente, sin embargo, esta cifra es corta. Una de las principales limitaciones con que nos encontramos en los trasplantes pediátricos no tiene que ver con cuestiones de técnica quirúrgica, sino con la escasísima cantidad de donantes de esta edad. En este sentido, La Maratón de TV3 de 2011 incidió en un tema clave.

Como padres, cuando se nos dice que deben trasplantar el corazón a un hijo o una hija, lo primero que pensamos es que es demasiado pequeño, frágil. ¿Qué les dice usted a los padres y madres que muestran desconfianza hacia el trasplante?

El trasplante cardíaco es la última opción, cuando se han terminado otras posibilidades de tratamiento médico o quirúrgico. Pueden parecer palabras duras, esas que diré ahora, pero el trasplante de corazón es la alternativa a la muerte. Dicho esto, y a pesar de que el trasplante de corazón se hace en niños y niñas muy enfermos, lo cierto es que los niños son muy fuertes. Lo vemos cada día, en nuestra práctica como médicos. Son fuertes, «tienen mucha capacidad de vivir» y en la inmensa mayoría de los casos superan el proceso de trasplante con éxito. Debemos ser realistas, pero también es realista decir que hay esperanzas.

Dr. Girona, ¿Cuál fue el motivo de la puesta en marcha del programa «Insuficiencia cardíaca y trasplante de corazón”?

Hay cardiopatías congénitas muy graves y enfermedades cardíacas adquiridas como, por ejemplo, algunas infecciones víricas del corazón, que tanto si han requerido cirugía o no, generan un estado de insuficiencia cardíaca muy importante: el corazón del niño no puede, de ninguna manera, bombear suficiente sangre. En estas situaciones es necesario disponer de tecnología muy avanzada, tratamientos muy complejos y personas (enfermeras y enfermeros, personal técnico, cirujanos y cirujanos cardiacos, intensivistas, anestesiólogos y anestesiólogas, etc.) muy preparadas y coordinadas. Se trata, por otra parte, de programas con alto coste que requieren optimizar todo tipo de recursos. Todo esto es lo que ha hecho que en los hospitales de alto nivel se hayan creado los programas de «Insuficiencia cardíaca y trasplante de corazón”.

¿Cuál será el principal reto que deberá superar un niño al que se ha trasplantado el corazón?

La principal dificultad del trasplante cardíaco, en cuanto a la supervivencia, es el rechazo, y en este sentido los avances son continuos. La investigación permanente en el tratamiento del rechazo es el escalón que hay que ir subiendo cada día y el principal motivo de esperanza para aquellos cuya vida es posible gracias a haber sido trasplantado de corazón. Pero nada de esto sería posible sin la generosa donación del corazón de aquellos que, desgraciadamente, no pueden seguir sintiendo latir. Los donantes de corazón y, muy especialmente, sus padres y madres, hermanos y hermanas y demás familiares, en el caso del trasplante infantil, son las personas más importantes y altruistas en toda la cadena de hechos que permiten dar vida a otro niño.